Capítulo 37. Richard me pone, pero Friedrich más.

NARRA UREA :
¿Pobre Richard? ¿Cómo que pobre Richard? ¡Si ese no hace na! No hace na por la vida! ¡Solo come gominolas de Stradivarius! Pa lo único que vale es eso. Le voy a pegar una hostia que va a hacer el pino-puente comiendo croquetas hacia tras en cámara lenta, el muy diccionario... Bueno, lo siento, me he puesto nerviosa... a mi Richard en el fondo... me pone... con su barrigota de Bob Esponja, el que vive en una pineapple en el fondo del maaaaaaar(8 esto ya lo había cantado yo antes en otra entrada, ¿no? bueno, pues sus jodéis. La cosa es que nadie me ha preguntado, ¿por qué hablo? ¡NADIE ME HA PREGUNTADO! TOCÁNDOME!!! El aire es de todos... ejem... *tos falsa e incómoda como solo tú la sabes hacer, Friedrich ; ) (call me maybe, grrrr)* No se cómo romper este silencio incómodo entre nosotros, así que haré lo que mejor sé hacer : BAILAR *me voy bailando a lo Billy Eliot, chau : 3*

Capítulo 36. Se alquila Urea.

Alquilo a Urea, no hace falta pagar, la vendo. Cuando era peque peque como Rigobert que murió sin madurar, es que seguía comiendo galletas con nutella y no es digno de ello. Limpiar ensucia mucho. UNA ANTÍTESIS <-- la primera palabra que me viene a la cabeza, a ese corazón de gamba que bombea (BOMBAAAAAAAA, PARA BAILAR ESTO ES UNA BOMBA (8) sangre en el lugar del cerebro convirtiéndonos así en seres incultos y desgraciados. Por eso no me gusta la pasta. Nunca superé la muerte de Cenicienta en el Rey León porque es demasiado traumatico después de que sus hermanas se corten medio dedo y medio tobillo para entrar en el zapatito blanco (zapatito azul, dime cuantos años tienes tu). Por todo esto y mucho más vendo a Urea que me ha traicionado, como Luis XBI traicionó Francia.

Capítulo 35. Más sola que un monstruo canelo.

NARRA UREA : Desde que Mogo me entró en la cabeza no se pur qué, pero me dan alergia las mosquitas. Y eso no eh weno pa tih. La cosa es que le he robado el invento a mi hermana (esa que es un chino gordo feo y baila el gagnam style con su novio en el ascensor, esa). El invento es un marco de fotos digital con espejo choni incorporado, y ahora me haré rica meeeeeeeeeeeeeehhhhh (grito de pingüino silvestre contento y un poco borracho) Lo peor es que mañana me tengo que hacer un gorro para poder entrar en una discoteca. Es que es el día de los gorros mierdas y si no llevo uno no puedo entrar. Mi gorro mierda llevará una foca saltarina encima, toh sersih. Así seguro que Jonathan no puede resistirlo y vuelve con migo (espasmo) digo, conmigo. Me siento más sola que un mini monstruo canelo. Bueno chaoooo besis y me gustan las alcachofas. PD: aquí os dejo la foto de mi nuevo novio, el mini monstruo canelo :

Capítulo 34. Mogo se convierte en microbio.

NARRA MOGO : Nueva York es muy bonito. El puente roto, SpiderVictor volando, y yo aquí en Almendralejos. A lo que he venido hoy es ha decir que ahora me encuentro en la cabeza de Urea. Me he convertido en un microbio y he entrado en la cabeza de Urea (no creáis que tiene cerebro, no no, aquí solo huele a corazón de gamba). Seguramente sabréis para que he entrado en esta selva de corazones de gambas (y si no es que no vaya os jodéis no os lo digo; bueno vale si os lo digo :), se ha tragado un topo; estaba harta de tener la misma rutina una y otra vez de matar a topos con piedras y latas de cerveza y ha pensado en comerlos, pero que sin katchup la muy pava). Me deslizo por su capullo de mariposa y ahora estoy en el estómago. - OH NO (POKER FACE) EL TOPO SE ESTA AHOGANDO EN EL JUGO GÁSTRICO (8 días aprendiendome la palabra :')) Bueno que se joda, yo me vuelvo que empieza mi programa de los Lunis. Hasta luegito.

Capítulo 33. Una paloma me pica en un ojo.

NARRA UREA : Y entonces me puse a lanzar latas de cerveza a las palomas. Me dan mal rollito, con esas aletas, esas escamas, esos ojos mirando cada uno para una galaxia... no sé, son raritas... Pero todo eso fue después de salir del hoyo en el que me había intentado enterrar Mogo. Cogí un trauma con los hoyos y fui al psicólogo, que me dijo que era gay y que me odiaba, pero claro, a la vez me quería. Todo muy raro. También me dio una bofetada en la espalda. Guiño guiño. La cosa es que me encanta la pizza, qué ricas están, son lo único que me mantiene con vida. Dios, cómo me gustan las croquetas. ¿Por dónde iba? Ah, sí, las palomas. Pues eso que una de ellas me picó en el ojo. Ahora tengo un parche rosa de pirata mariquita. Eso es bueno pa ti. Es la quinta vez que acabo en el hospital esta semana, la vida es muy dura. Lo mejor de estar en el hospital es que no tienes que aguantar a tu perro. El mío es un plasta, pero bueno, no le intentes encontrar el sentido, solo es un perro obeso, hay que quererle. Me voy, no debo dejar la costumbre de maltratar topos. Bye.