domingo, 4 de noviembre de 2012

Capítulo 33. Una paloma me pica en un ojo.

NARRA UREA : Y entonces me puse a lanzar latas de cerveza a las palomas. Me dan mal rollito, con esas aletas, esas escamas, esos ojos mirando cada uno para una galaxia... no sé, son raritas... Pero todo eso fue después de salir del hoyo en el que me había intentado enterrar Mogo. Cogí un trauma con los hoyos y fui al psicólogo, que me dijo que era gay y que me odiaba, pero claro, a la vez me quería. Todo muy raro. También me dio una bofetada en la espalda. Guiño guiño. La cosa es que me encanta la pizza, qué ricas están, son lo único que me mantiene con vida. Dios, cómo me gustan las croquetas. ¿Por dónde iba? Ah, sí, las palomas. Pues eso que una de ellas me picó en el ojo. Ahora tengo un parche rosa de pirata mariquita. Eso es bueno pa ti. Es la quinta vez que acabo en el hospital esta semana, la vida es muy dura. Lo mejor de estar en el hospital es que no tienes que aguantar a tu perro. El mío es un plasta, pero bueno, no le intentes encontrar el sentido, solo es un perro obeso, hay que quererle. Me voy, no debo dejar la costumbre de maltratar topos. Bye.

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