Capítulo 11. Tengo a Pitbull de tono de llamada.

NARRA UREA : Ahora que no tenía dónde vivir tuve que dormir en el suelo, y eso es muy malo, preguntádselo a vuestro perro. A no ser que tenga garrapatas, entonces preguntádselo a vuestro loro, porque es de colores y eso, baby. Entonces me di cuenta de que todo, lo de los cepillos de dientes, la piedra en mi zapato, la canción de Pitbull en mi tono de llamada... todo era un plan de Mogo para que me fuera de casa y poderle tocar el culo al sapo. Se iba a cagar... metafóricamente, digo. Entonces volví al sapo y le puse unos arándanos explosivos en la boca, y así maté al sapo, a Mogo, al pato y a mi hermana-chino-gordo-calvo. ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOO!!! Que no, que era bromis, en realidad le pedí porfi porfi a Mogo que me dejara volver, pero es que eso no tiene emoción, ni papel higiénico, ni látigos pornos ni nah de nah.