lunes, 17 de septiembre de 2012

Capítulo 9. Mi pato mueve mis cepillos de dientes.

NARRA UREA : Cuando mi pato le dijo a mi hermana que se parecía a un chino gordo y calvo, no pude soportarlo más. Y no solo eso, sino que además cambiaba de sitio mis cepillos de dientes. ¡ ¿Quién osa moverlos de sitio? ! ¡ ¡ Nadie osa ! ! Entonces me di cuenta de que esto no podía seguir así, o se iba el pato o me iba yo. Y el pato era el propietario legal del sapo dentro del cual vivíamos, así que era yo la que tenía que irse. Cogí mis cosas (mi DVD de los lunnies, mi perrito chiguagua que sabía cantar y tocar la guitarra pero no se sabía la canción de "chiguagua, nanana", mi piedra de atizar topos y mis cepillos de dientes), me despedí del sapo y me fuí para no volver más. Una lágrima bajó por mi mejilla. Es que se me había metido una piedra en el zapato que se me clavaba un montón en el pié. ¿Es que las cosas no iban a dejar de irme mal?

No hay comentarios:

Publicar un comentario